26/06/2012 00:59:16 - Xalapa, Ver. por Salvador Muñoz
para quienes no tienen la paciencia de escuchar a los Testigos de
Jehová, ya no pasan; para los marros que no gustan de cooperar con la señora que
asea el contenedor de basura, ya no pasa; para los que no les gusta escuchar la
triste historia de esa mujer con un niño en la mano, pidiendo cooperación para
comprar unas medicinas, ya no pasa; para los repartidores de volantes ya sea de
pizzas, de ofertas de alguna tienda o las consabidas oportunidades que ofrece
una escuela particular, esos volantes ya no son deslizados por debajo de las
puertas... ¡ah! y lo mejor, las ratas de dos patas ¡ya no han robado en el
edificio que habito!
Sí...
tiene sus ventajas tener la puerta del edificio cerrada... y sus
desventajas.
Los
carteros, al encontrar sin acceso el edificio, tiraban al pasillo la
correspondencia...
Fue
entonces que mi mujer y yo decidimos poner en la puerta del inmueble, un buzón
particular... y se volvió comunitario...
Así
que, cada vez que llega el cartero, me toca a mí sacar toda la correspondencia y
ponerla en un lugar visible y accesible para que los vecinos tomen sus
respectivas cartas del banco, de cobranza, de Teléfonos, del agua, de
electricidad, del gas... ¡y hasta de Enrique Peña Nieto!
Sí...
el pasado domingo nos llegó a mi esposa y a mí, como al resto de los vecinos,
una misiva que con gusto detallaría, pero la mujer las guardó tan bien en un
mundo de papeles, que nunca las encontré pero a lo que recuerdo, nos pide que
uno y su familia, lo apoyemos este primero de julio votando a favor del
PRI.
No
tiene nada de extraordinario pues cada quién está en su luchita por llevar,
ahora sí como quien dice, votos a su molino.
Pero
ayer lunes, saliendo por la mañana, veo mi buzón atiborrado nuevamente ahora por
sobres rojos... abro y me encuentro con ocho cartas enviadas por Héctor y Pepe
Yunes bajo el título de “México necesita un nuevo rumbo”.
Me
dispuse a buscar mi carta cuando me di cuenta que ninguna de las que habían
depositado en mi buzón, correspondía al domicilio... era de otras dos colonias:
Laureles y José Cardel.
Busqué
al heraldo de los Yunes pero ni sus luces y ni sus cartas.
Es
obvio que el mensajero, en aras de acabar pronto su trabajo, agarró montón de
cartas y las arrojó a donde le viniera en gana...
En
verdad que me dan ganas de abrir la carta pero creo que es un
delito...
Así que
mejor acá se las guardo a Héctor y Pepe Yunes, cuando gusten pasar por su casa,
con gusto se las entrego o bien, si estoy en tiempo, paso a cualquiera de sus
casas de campaña a dejarlas.
Sólo
espero que ese detalle por parte del mensajero no hiera la susceptibilidad de un
indeciso que nunca recibe correspondencia más que la del agua, de la luz, del
banco, de los de cobranza, del gas, pero de dos candidatos, eso nada más ocurre
una vez en campaña y para fregarla, la carta no es para uno...
Ya sin
contar con el gasto, sea poco o mucho, pero al final gasto, por la papelería que
se empleó y al final puede que con (in)justa razón, sólo acabe en un cesto de
basura y que el propósito de la misiva no se haya completado: invitar a votar a
favor de los candidatos del PRI al Senado...
Dicen
que el cartero llama dos veces... en mi caso y en mi casa, el cartero se
equivocó ocho veces.
Es
claro que para los priistas, no se necesita un nuevo rumbo, sino un mejor
cartero.