04/07/2012 07:40:51 - Xalapa, Ver. por Salvador Muñoz
Porque
en el caso de Chiquinando Yunes Márquez, tiene todo para ser el ungido del PAN
en el 2016... joven, buena imagen, entrón... habrá que ver el papel que
desempeñe en el Senado y que repercuta sobre todo en Veracruz. ¡Vamos! En este
momento, va solo y su alma sin panista que le haga sombra.
No así
Héctor y Pepe.
Yunes
Landa ya alzó una vez la mano para postularse entre los precandidatos a la
gubernatura al lado de Javier Duarte de Ochoa... el final de esa historia ya
todos la sabemos.
A Yunes
Zorrilla le faltó “la pasión” que le puso a esta contienda en el proceso del
2010... pudo haber sido un buen prospecto.
Héctor
es un político maduro pero no por ello reñido con la juventud con la cual
siempre se ha apoyado. Pepe es un joven político de impresionante carisma en su
entorno... sólo le falta despegar, salir del nido...
Como
políticos, ambos son buenos aunque con algunas diferencias muy claras (dentro de
lo político) que los separan: Uno, tiene un cuadro impresionante de
colaboradores; el otro no... uno, transpira la ambición, el deseo y el
apasionamiento por querer ser; el otro se dice nomás apasionado... uno, es
rebelde pero sabe disciplinarse cuando hay que hacerlo; el otro se pasa de
disciplinado y educado.
Así las
cosas, conforme avance el tiempo, se habrá de ir definiendo quién de los dos
alzará la mano para el 2016... Pero...
Sí...
habíamos dicho al principio que otrora, cualquiera de ellos dos podría ser el
candidato natural... salvo por algunas detalles que cambian el prisma de las
cosas tras la elección presidencial... para los priistas, hemos de suponer,
acabó su virreinato; Peña Nieto y compañía habrán de darle otro cariz a la
sucesión gubernamental.
Aquí es
donde surgen dos figuras: Jorge Carvallo Delfín y Alberto Silva
Ramos.
¿Se
puede imaginar a alguno de estos dos personajes como candidato a la gubernatura
de Veracruz? ¿No? Pues inténtelo porque bien lo dijo el filósofo de la salsa:
“la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios”.
Jorge
Carvallo a lo mejor no sea cuate-cuate de Peña Nieto ¿pero qué tal de Carlos
Salinas de Gortari?
Alberto
Silva guarda estrecha relación con la familia Del Mazo y éstos a su vez, con
Peña Nieto.
¿A
dónde cree que habría de inclinarse la balanza de Javier Duarte de Ochoa a la
hora que tenga que sugerir a un sucesor? ¿al político (entiéndase cualquiera de
los dos Yunes)? ¿al político-amigo (léase Alberto Silva) ¿o al amigo del Poder
en Los Pinos (porque no creemos que ya hayan limado asperezas Javier y
Jorge)?
La
respuesta la ha de dar el tiempo así como los siguientes movimientos que se den
dentro del Gabinete estatal, en el Congreso estatal, pero sobre todo, en el
Gabinete de Peña Nieto...
Mientras, Chiquinando inicia con
ventaja... si él quiere.