20/07/2012 02:58:05 - Xalapa, Ver. por Salvador Muñoz
Se lo
hice notar a la mujer... ella lo resolvió de una manera más sencilla: Acababan
de pasar los comicios del primero de julio y de seguro los policías no habían
tenido descanso y quizás por eso, nada más veíamos a dos patrulleros y ya no a
los seis o siete, pues el resto reposaba...
Se me
hizo contundente el argumento y al final de cuentas, igual, si hubiera rebatido
tal, hubiera ocasionado una discusión larga y trivial desencadenada en lo que al
final quedaría en que como sea, ella tendría la razón...
Sin
embargo, de las elecciones para acá, han pasado casi tres semanas y sigo viendo
a dos en la patrulla que ronda mi vecindario...
II
Cuando
me platicaron que en la salida y entrada de Banderilla había dos marinos en
patrullas de Seguridad Pública, solté la risa... “¿Cómo crees?, te has de haber
confundido y eran de Seguridad Pública”.
–Por
ésta que eran Marinos... traían su traje ese de camuflaje, entre “beich” y café
claro... incluso, el que venía conmigo dijo, como justificando su presencia: “Ya
han de haber llegado a un arreglo”.
Me
acordé de las palabras del Gobernador ahora que anduvo por la ciudad de México,
en un seminario sobre Seguridad Pública: “El operativo Veracruz Seguro es
ejemplo nacional de coordinación efectiva entre órdenes de gobierno”... pero de
inmediato deseché la idea... estaba incrédulo a imaginar tan solo a elementos de
la marina conduciendo patrullas de Seguridad Pública.
Seguimos platicando de otras cosas,
hasta que llegó la hora de la comida. Abordé la moto y salí a toda prisa porque
la tripa ya me gruñía... iba subiendo sobre Araucarias y al pasar junto a un
“Oxxo” ¡lo vi! allí estaba estacionada la camioneta de Seguridad Pública, con la
torreta encendida (que fue lo que me hizo voltear) y un marino a su lado...
“¡demasiada coordinación entre órdenes de Gobierno!”, me dije.
III
Me
encuentro con un guardia, uno de tantos que han pasado por las oficinas donde
trabajo. Me da gusto verlo. Más gusto es saber que la mayoría de los policías
que conozco, son gente de bien. Hablamos de las elecciones, de los resultados, y
del fracaso electoral que significó ya no para el PRI, sino para el Gobernador,
el primero de julio... “la gente no está contenta”, me dice mi
amigo...
–Creo
lo mismo... a casi dos años de gobierno, cada ciudadano debería hacerse la
pregunta cómo ha cambiado su vida con este gobierno...
–A mí
me la cambió totalmente– me dice...
–¿Para
bien o para mal?
–Me
sacaron de Seguridad Pública...
Incrédulo, estupefacto, solté: “¿Por
qué?”
–Con
eso de la confiabilidad... y no fui el único... muchos años se fueron a la
basura... si de verdad hubieran querido hacer algo debieron checar con asuntos
internos y en lugar de despedir a la gente, si estaba chueca,
procesarla...
Entonces empezamos a hacer
cuentas... 700 despedidos, que son 700 familias con más de tres o cuatro
miembros; estas familias que son parte de otras familias cuyos miembros se
enteraron de lo acontecido al pariente, multiplica a muchas personas en contra
de un gobierno que pretende hacer las cosas bien pero le salen mal...
IV
Con
uniforme impecablemente doblado, fornituras, arma, botas lustradas, el sujeto
pasó a entregar el equipo... sí, renunciaba. Y no era el único... ya otros
habían pasado a dejar los implementos entregados por la dependencia. “Está duro
afuera”, confesaban al receptor de la renuncia.
Al
menos eso me contaba “el primo de un amigo” que se enteró de la renuncia tipo
“Hormiga” que se estaba dando al interior de la Seguridad Pública...
El
“Está duro afuera” no me lo supo definir... mucho trabajo... extenuante
horario... la confrontación con los “malosos” (dixit FHB)... no lo sé... pero
entonces le pude encontrar una nueva pregunta a la patrulla con dos elementos en
mi vecindario... fueran de Seguridad Pública o fueran de la marina... ¿se está
quedando sin gente Bermúdez?