Dir. Alberto Morales
 
portada fotografia caricatura noticias columnas revista medios videoteca
Cuarenta años de Watergate

Este mes se cumplen cuatro décadas de un episodio que marcó para siempre la relación entre los medios masivos y el poder político: el llamado “escándalo Watergate”, episodio que culminó en la primera renuncia de un presidente de los Estados Unidos, Richard Milhous Nixon, y la encarcelación de 43 funcionarios de alto nivel.

27/06/2012 08:20:24 - Xalapa, Ver. por Miguel Ángel Sánchez de Armas



Watergate fue una bola de nieve. Comenzó con el arresto de
unos ladronzuelos en las oficinas de un partido político y creció hasta pasar
al habla popular como apellido de escándalos con tinte político: “Irángate”,
“Lewinskygate”, “WhiteWatergate”, “Migragate” and so on. En México tenemos
nuestra propia cosecha: el “toallagate” ocasionó la renuncia de un
administrador de la casa presidencial; el “AguasBlancasgate” culminó con la
caída de un gobernador







Para siempre vinculado a Watergate quedó el nombre del
Washington Post, rotativo que documentó el caso desde su inicio y cuya
perseverancia contribuyó a una alerta social que puso al descubierto en la Casa
Blanca una conspiración criminal. Mas pese al romanticismo de la película Todos
los hombres del Presidente y del aluvión de reportajes y libros que brotaron a
la vera de Watergate, no puede decirse que los medios hayan derribado a Nixon.
Fue el Poder Judicial el que encontró elementos para la destitución, y fue el
Presidente quien eligió renunciar antes que ser defenestrado. El caso confirmó
lo que desde 1922 había observado Lippmann: “Los medios no dicen a la gente
cómo pensar; sí le dicen en qué pensar”. Es decir, conforman la agenda social.







Watergate no fue un accidente, como no lo es la supuración
que se pone al descubierto por una incisión de rutina. Fue el resultado de una
época turbulenta y de la participación de actores cuyas personalidades fueron
como agentes reactivos que precipitaron y pusieron al descubierto la trama de
una conspiración desde el poder.







Si se comienza en sentido inverso, Watergate no estuvo en la
agenda de los electores en particular ni en la de la ciudadanía en general
durante 1972. Ello explica que Nixon hubiese sido relegido por el más alto
porcentaje de votos en la historia del país. Los estadounidenses en aquel
momento tenían en la mente, para citar de nuevo a Lippmann, imágenes distintas.
Watergate se hizo parte de la agenda social y comenzó a presionar a la agenda
política cuando los medios comprobaron que Nixon y sus colaboradores mintieron
deliberadamente.







En la Casa Blanca, la agenda fue ocultar la verdad, mentir
sin medida y utilizar las herramientas que fuesen necesarias,
independientemente de su legalidad, para evitar que se hiciera pública la
conspiración organizada para dañar a los enemigos políticos de Nixon.







De junio de 1972 cuando se descubrió el allanamiento, a
mediados de 1974, la agenda de los legisladores republicanos se centró en la
defensa de Nixon y la descalificación del Post y los medios que crecientemente
abordaban temas de Watergate. Los demócratas, por su parte, utilizaron las
informaciones de los medios para desgastar a la administración Nixon y, en el
74, para sustentar el inicio de los procedimientos legislativos para
defenestrar al Presidente.







Hoy sabemos que Mark W. Felt, el segundo de a bordo del Buró
Federal de Investigaciones (fbi por sus siglas en inglés) fue la fuente del
Post apodada “garganta profunda” y que operó no por amor a la verdad y para
preservar los valores de la nación, sino en beneficio de su propia agenda, que
era ser nombrado director general de la agencia a la muerte de J. Edgar Hoover.
Cuando Nixon designó a un director ajeno a la comunidad de inteligencia y los
mandos de carrera clamaron que ello dañaría al aparato de seguridad interna del
gobierno, Felt utilizó su contacto con los reporteros del Post para combatir la
designación presidencial.







Watergate en sus inicios, por lo menos de junio a octubre de
1972, casi exclusivamente estuvo en la agenda del Washington Post. A Katherine
Graham, la dueña y editora, le advertían desde diversos ambientes que su
empresa corría el peligro del ridículo y del escándalo al sobredimensionar la
importancia de un “robo de tercera”.







Por lo menos hasta el tercer cuatrimestre de 1973 no hubo en
otros diarios de gran circulación una reacción en cadena respecto a las
informaciones de Watergate publicadas por el Post. En este sentido se confirma
el postulado de que no basta que un tema aparezca frecuentemente en las
noticias para hacerlo parte de la agenda. Si no aparece resaltando algún
aspecto de un problema, o si sólo se resaltan sus aspectos positivos, el asunto
pierde urgencia y, por lo tanto, la agenda se colapsa. Si, por el contrario, el
tema muestra cada vez una cara distinta, la agenda se refuerza.







El senador Robert Dole, a la sazón presidente del Partido
Republicano, acusó al Post de estar a sueldo de la campaña presidencial del
Partido Demócrata, mientras que a diario el vocero de la Casa Blanca, Ron
Ziegler, aparecía en las noticias para expresar su “horror” por el “periodismo
execrable” del Washington Post.







Al interior del diario, Watergate no contaba con el consenso
de la redacción. Varios jefes de sección opinaban en las juntas editoriales que
el asunto estaba colocando en riesgos innecesarios al periódico. Para Richard
Harwood, responsable de la sección nacional, la cobertura del asunto estaba al
borde de la fantasía, una investigación carente de lógica que bordeaba en la
paranoia. A eso se añadían las crecientes descalificaciones políticas del
diario por parte de políticos respetados. No menos inquietante era la noción
que el Post también tenía un problema de “gargantas profundas” al interior al
servicio del gobierno.







Este ambiente fue descrito años después por Leonard Downie,
uno de los editores durante el caso: “Nos sentíamos pequeños, no grandes o
poderosos […]. Sentíamos una enorme responsabilidad. No creíamos que el
Presidente fuera a renunciar y la noche en que eso sucedió casi todos
enfermamos. Era un grupo pequeño el involucrado. De eso se trata este negocio.
Eso todavía es lo que hace la diferencia. Fueron tiempos duros, nada
brillantes. Muchos le advertían a Katherine Graham que arruinaríamos su
periódico”.







La agenda de los medios fue azuzada por una Casa Blanca y
una clase política republicana cada vez más reactiva y más hostil. Al inicio de
su segundo periodo, Nixon ordenó tomar acciones de venganza contra el diario
que comenzaron por la puesta en subasta de las licencias de televisión de la
empresa editora. Esto, combinado con una gracejada sexista de un alto
funcionario contra la señora Graham, y la creciente convicción de que la Casa
Blanca mentía para encubrir acciones ilegales, endurecieron la agenda noticiosa
de los medios.







Watergate tuvo consecuencias importantes en la relación de
los medios con el poder público, y su estudio ayuda a comprender con mayor
claridad el papel de la prensa en la fijación de la agenda política. La batalla
que se libró en los tribunales, en mucho continuación de la que suscitara el
caso del “expediente secreto del Pentágono” un año antes, en 1970, tuvo efectos
profundos en la relación de la prensa con el gobierno en aquel país y, como las
ondas de agua que levanta la caída de una piedra en un estanque, en otras
partes del mundo.







Hay una extendida creencia de que el presidente Nixon
renunció al puesto como consecuencia directa de las publicaciones del diario
The Washington Post sobre el caso Watergate. Sin embargo, pese a que el
rotativo fue el primer medio en dar a conocer el asunto y lo mantuvo en sus
páginas desde junio de 1972, no influyó determinantemente en la agenda
ciudadana. Tuvieron que darse una serie de acontecimientos sociales, de
política interna y externa, y económicos, para que Watergate fuera percibido
como el tema clave en la agenda social y fuese retomado en la agenda política.







Watergate revivió la vieja discusión sobre la paradoja de la
importancia que atribuimos a los medios en la democratización de las sociedades
y la importancia relativa que éstas dan a aquéllos. Quienes se apresuran a
señalar que la mejor prueba de que “la prensa” es “el motor” de la democracia y
ejemplifican con el papel desempeñado por The Washington Post en Watergate y la
primera renuncia de un Presidente estadounidense, suelen pasar por alto que en
noviembre de 1972, cuando los pormenores del asunto tenían seis meses en la
primera plana del Post y que Walter Cronkite, el “Gran Padre Blanco” de la
televisión, “el hombre con mayor credibilidad en Estados Unidos” hiciera suyo y
validara periodísticamente el caso, Nixon ganó su segunda elección presidencial
por el más amplio margen de votos en la historia.







¿Qué sucedió? La respuesta se debe buscar en el papel que
realmente juega la prensa en la democracia. Tiene que ver con lo que Hamilton
llamó “el estado de ánimo” de la sociedad, otros “las imágenes en nuestra
mente” o la “construcción de las agendas. Parece indiscutible que la prensa
provee no sólo información, sino el marco conceptual en el cual se ordenan la
información y las opiniones: no únicamente los hechos, sino una visión del
mundo. Así, los actores políticos se ven obligados a configurar sus mensajes al
modelo propuesto por la prensa y esto influye en la percepción del proceso
político que tienen las audiencias.







 







 







 










Profesor – investigador en el Departamento de Ciencias
Sociales de la UPAEP Puebla.







 







27/5/12







 







 







 







 







 







@sanchezdearmas







 







 







 







www.sanchez-dearmas.blogspot.com




Otras Entradas

Otras Entradas

El Candil de Centroamérica

v Los "logros" de la gira del presidente López Obrador v Repartir dinero a el Salvador, Belice, Guatemala y Cuba v Exportar Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro

La nueva Reforma Educativa

Nuevamente tendrá que ser aprobada en la Cámara de Diputados Podrían modificar para que la CNTE vuelva a tener el control de plazas En los artículos transitorios está el fondo de los cambios

La segunda gira de AMLO a Veracruz

En dos meses del gobierno federal ya van dos visitas presidenciales A ninguna otra entidad del país ha viajado tanto para anunciar apoyos La mano que le quiere zarandear la cuna a Cuitláhuac García

Al OPLE se le hizo engrudo el conteo

A la serie de graves errores cometidos por el OPLE en el proceso de elección de gobernador y diputados locales, posiblemente el más grave, sea el de conteo de votos PREP, que como casi todas las acciones realizadas tuvo un costo millonario y que presenta irregularidades en el llamado cómputo final, lo que ha llevado a los partidos políticos a la impugnación del proceso electoral.

Juego de ojos

Masacre

El embajador

Hace algunos años conocí a Miguel Basáñez en una reunión.

El Viejo, el niño y la mar

Desde siempre el mar ha sido motivo de admiración no solo para los niños, sino también para los adultos, ha sido inspiración para artistas, poetas, compositores, pintores que encuentran en las olas del mar un motivo de inspiración.

Donald who?

A la denominación de origen JdO he agregado un "La semana". Esto se debe a que después de más de 20 años de escribir monotemáticamente ha llegado el momento de una remozada.

Memoria de "Los heraldos negros"

El traje que vestí mañana no lo ha lavado mi lavandera: lo lavaba en sus venas otilinas, en el chorro de su corazón, y hoy no he de preguntarme si yo dejaba el traje turbio de injusticia.

En defensa de la palabra

Hace 36 años, el entonces gobernador-cacique de Guerrero, Rubén Figueroa, lanzó amenazas contra Manuel Buendía nada menos que en la sede del Poder Ejecutivo después de una audiencia con el presidente José López Portillo.

Marzo, mes de la expropiación

Política exterior y política interior.

Marzo, mes de la expropiación

La guerra de la prensa.

Marzo, mes de la expropiación

Propaganda e ideología

Los corridos del petróleo

Esta serie de cuatro artículos apareció originalmente en el semanario Punto y aparte que dirige en Xalapa el gran periodista Froylán Flores Cancela. Los reproduzco para la reflexión en ocasión del 77 aniversario de la expropiación, en momentos en que la discusión sobre el petróleo se ha encendido de nuevo.

Otra imagen del General

Este miércoles 18 se cumplen 77 años de la expropiación petrolera, después de la Revolución la gesta más importante en la conformación del país que hoy llamamos México.