12/07/2012 02:49:43 - Xalapa, Ver. por Salvador Muñoz
Parece
contradictorio pero no lo es.
Hoy por
hoy, Enrique Peña Nieto tiene a un alto porcentaje de la población en contra, si
tomo en cuenta a los aproximados 28 millones de mexicanos que votaron a favor de
Josefina y Peje (sumando sus sufragios) como al resto que no votó. La
expectativa para con el priista, exceptuando a sus militantes, está por los
suelos y eso puede significar su mayor fortaleza.
¿Parece
confuso?
Me
explico en lo micro:
Cuando
las elecciones municipales pasadas, en Xalapa, surgió una duda: ¿Quién para
candidato?
Entonces apareció una figura
popular, conocida, hasta cierto punto carismática... así, como Enrique Peña
Nieto, pudiera decirse, “un talento de Televisión”: Elizabeth Morales
García.
Dentro
del escenario político, su candidatura fue mal vista... dentro del escenario
popular, bien acogida.
Su
triunfo fue inobjetable, tan así, que obtuvo más votos que el mismísimo
candidato a Gobernador, Javier Duarte de Ochoa.
Además,
el hecho de ser mujer, propiciaba, se quisiera o no, un ideal de que superaría
con creces cualquier administración que varón hubiera hecho... ¡vamos! llegó con
expectativas sumamente altas...
Me
explico en lo macro:
En el
2000, los mexicanos vieron en Vicente Fox un candidato sumamente diferente, el
único capaz de sacar de Los Pinos al PRI... era el presidente del Cambio, el que
habría de sacarnos del hoyo, del atolladero, el de los changarros y el Tsuru.
Las expectativas que generó eran sumamente altas, enormes, increíbles. ¡Fin a
los Dinosaurios!
Ambos
casos, micro y macro, en una lógica política elemental, fueron víctimas de la
Ley de Gravedad: Todo lo que sube, baja... mientras más alto, más fuerte es la
caída.
Vicente
Fox hoy significa para muchos, seis años perdidos, sinónimo de la incongruencia
y dicharachero de la política... es el fraude hecho presidente por el que votó
un alto porcentaje de la población mexicana.
Elizabeth Morales llevó a su
administración su programa “Usted no está solo” explotando a la pobreza en su
máxima expresión... baste ver sus boletines cuando regala un colchón, una silla
de ruedas, un tanque de gas... ¡Sólo le falta “Señorita Laura”... Desde el
principio de su trienio, se vio envuelta en escándalos tanto sentimentales como
administrativos y hasta de viejas, digo, de viajes.
Una
política que es capaz de pelearse hasta con un perro (remember “Solovino”) es
incapaz entonces de hacer de un problema una oportunidad. “Solovino” pudo ser
mucho a su favor y se volvió demasiado en su contra.
Las
expectativas que generó Elizabeth hoy se traducen en riesgo para que el PRI
mantenga la capital bajo sus siglas por ser hoy, considerada por muchos, como la
responsable de la debacle priista en las pasadas elecciones, con justa o injusta
razón. Ya se verá en el 2013...
En el
caso de Peña Nieto, la gente no cree en él; la gente protesta su casi ascenso al
poder; lo rechazan; lo insultan... está en el fondo en términos de
popularidad.
Por
eso, este bache puede tomarlo Peña Nieto como una gran oportunidad de salir del
hoyo, de crecer, y de sorprender...
Peña
Nieto está obligado a responder y dar resultados, quizás no tan inmediatos ni
mediáticos como lo hizo Salinas de Gortari (otro producto de la incredulidad),
pero es su única opción y por lo mismo, su fortaleza: en función de lo que haga,
los ciudadanos verán a un político que puede crecer, pero cuando se está abajo
la única opción debe ser arriba, seas político o no.
Ahora
sí, las pocas expectativas que genera deben convertirse en su
fortaleza.