Testificando la ideología heredada por sus padres, y la de éstos por el partido que fundaran el 15 de septiembre de 1939 al lado de Manuel Gómez Morin, el Presidente de la República anuncio en Nueva York que enviará, al congreso mexicano, una nueva iniciativa de reforma en la que propondrá la venta de acciones de la industria petrolera nacional, que no es otra cosa que un nuevo intento por privatizar PEMEX.

15/05/2011 15:35:28 - Xalapa, Ver. por Helí Herrera Hernández

      La obsesión del panismo nacional por privatizar esa industria paraestatal desde sus orígenes, tomo impulso desde que ocuparon La Presidencia de la República con Vicente Fox Quesada, que cada vez que salía a los Estados Unidos o a Europa, aprovechaba para ofertarla a los consorcios financieros internacionales, a sabiendas que para lograrlo tendría que modificar el texto del artículo 28 constitucional, situación francamente imposible porque no contaba con el apoyo de los legisladores del PRI y del PRD, y más porque para tal propósito se requiere de las dos terceras partes de los votos de los diputados.

      Hoy, cuando apenas si le quedan 19 meses de gobierno a Felipe Calderón vuelve a la misión histórica del PAN de privatizar petróleos mexicanos, y como antes su sucesor, aprovecha cada viaje al extranjero que hace para ofertarlo, a sabiendas que la correlación de fuerzas en el Congreso de la Unión no le favorece, dado que existe una fuerte oposición a semejante locura.

      Antes de su periplo por Nueva York de la semana pasada, un subordinado del presidente, el Director de Desarrollo Industrial de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía: Guillermo Ignacio García Alonso había anunciado la posibilidad de concesionar a particulares la distribución de las gasolinas y diesel a la red de establecimientos que mantiene la empresa pública, lo que implicaría la creación de una o varias compañías  en calidad de intermediarias.

      Estas le facturarían a la paraestatal y le cobrarían a las 1456 gasolineras ubicadas en todo el país, debiendo firmar todos sus representantes legales un nuevo contrato de franquicia, con el nuevo status, situación de suyo ilegal por ser inconstitucional, ya que contraviene lo estipulado por los artículos 20, 21, 28 y 73, fracciones X y XXI de nuestra ley de leyes.

      La fracción IV del artículo 28 de la Constitución General de la República señala que “”la distribución de los combustibles solo puede ser desarrollada por el Estado a través de organismos públicos descentralizados sujetos a su propiedad y control absoluto, a fin de evitar que se generen distorsiones en el mercado”” 

      La intención del gobierno calderonista de iniciar un proceso privatizador de Petróleos Mexicanos, comenzando con la distribución de las gasolinas y el diesel, para posteriormente vender acciones de la misma, en el mercado financiero, donde seguramente ningún pobre o clasemediero iba poder comprar una sola, e iban a ser acaparadas por los varones del dinero de México y el mundo, se esta estrellando porque a la pretensión anunciada en Nueva York por don Felipe Calderón, ya han respondido los coordinadores parlamentarios del PRI, del PRD, PT y Convergencia de las dos Cámaras del Congreso de la Unión, en el sentido que no van a permitir, bajo ninguna circunstancia y bajo cualquier señuelo, la privatización de PEMEX.

      Vergüenza debería tener el Presidente de la República que ni siquiera la palabra empeñada durante su campaña cumplió, relativa a construir una refinería en Tula Hidalgo, y de esa forma evitar la importación de gasolinas de los Estados Unidos, que ha sido y será una de las causas por las cuales nos están subiendo cada mes el costo de las mismas, debido al alto precio del petróleo en el mundo.

      Sus políticas energéticas, al igual que las de su antecesor, fueron de un total abandono gubernamental a PEMEX, sin inversiones y ni siquiera mantenimiento a sus instalaciones, con el deliberado propósito de que con su deterioro, resultara más fácil dejarlo en manos privadas, situación que no ha ocurrido gracias a diputados y Senadores progresistas, revolucionarios que se han opuesto a modificar el texto constitucional, arropados por las opiniones de académicos, intelectuales y especialistas en materia energética, que se oponen rotundamente a cualquier acción de esa índole.

      Ha servido también la movilización que durante el sexenio de Vicente fox realizaron millones y millones de mexicanos en el mismo sentido, de todas las fuerzas políticas, de diversidad de sindicatos; de diferentes grupos sociales y de la sociedad en general que no quieren ni permitirán que PEMEX pase a manos privadas, primordialmente extranjeras.

      El cuento éste de vender acciones en el mercado especulativo de PEMEX, no es otra cosa que la obsesión enfermiza de CALDERÓN de privatizar nuestra industria petrolera, y así cumplir ese viejo sueño de su partido el PAN, de desmantelar el sector estatal de la economía, para darle manga ancha a todos los hombres y mujeres de dinero en México y el mundo, de venir adueñarse de nuestros recursos.

  Estemos atentos frente a tan aviesos fines.