¡Cuando publique en los diferentes portales electrónicos y periódicos mi artículo “Nuevos impuestos y movimientos sociales en Estados Unidos”” el 19 de septiembre del año que corre, al siguiente día que abrí mi correo electrónico aparecieron infinidad de mensajes relacionados con el tema, recordando 11 o 12 donde afirmaban algunos amigos y desconocidos que las inconformidades al modelo económico que se estaban dejando sentir en el centro financiero en Nueva York, solo iban a durar unos dos o tres días, y que inmediatamente el movimiento se iba a morir porque no existe una conciencia en las masas sociales norteamericanas de gente explotada. 

10/10/2011 00:46:48 - Xalapa, Ver. por Helí Herrera Hernández

      Me permití contestarle a estas personas afirmándoles que estaban equivocados, que la inconformidad iba a crecer día a día porque la sociedad norteamericana estaba padeciendo los efectos del desempleo, de la perdida del poder adquisitivo, de la ausencia de atención médica gratuita entre otros flagelos provocados por la terrible situación financiera que vive ese país, y que las movilizaciones en lugar de desaparecer en la urbe de hierro, se iban multiplicar a lo largo y ancho de la unión americana, como en efecto, ya lo empezamos a notar. 

        A escasos 20 días del artículo de marras, los ejércitos de indignados llegaron el jueves 6 hasta la Plaza de la Libertad en Washington  DC para dejar muestra de su rabia , frustración y sed de justicia, en un campamento improvisado frente a los Bunkers del Departamento de Seguridad Nacional, A solo unas cuadras  de las oficinas del FBI y del Departamento de Justicia, lo que generó de parte del presidente de los Estados Unidos Barack Obama una advertencia al partido republicano “”si rechazan mi iniciativa a favor de crear empleos, recortar impuestos a la clase media y aumentárselos a todos aquellos que ganen más de un millón de dólares anuales (regla buffett), tendrán que dar muchas explicaciones a quienes han comenzado  a dar muestras de hartazgo  en la calle por la incapacidad de la clase política de alcanzar acuerdos sobre temas que han comprometido el futuro y la seguridad de millones””  

      “”La gente lleva mucho tiempo frustrada. Están hartos y convencidos de que la gente en Washington solo piensa en los intereses de su partido y en su propia carrera política. Todos ellos están hartos del cinismo de Washington”” aseguro  Obama, en un claro guiño al movimiento de los indignados o de los >ocupas de Wall Street< que han comenzado a salir a las calles para exigir el fin a un sistema que ha prodigado a los más ricos y poderosos, mientras ha desahuciado a la clase media. 

      La intervención del mandatario norteamericano tuvo un cariz de un acto de campaña ante la expansión de un movimiento ciudadano que durante la semana pasada tomo más de 300 ciudades por asalto en sus principales plazas y frente a los centros del poder político, como sucedió en Houston, Boston, Detroit, Chicago, Kansas, San Antonio, Denver, Búfalo, Seattle, Pittsburgh, Miami, Los Ángeles y 288 ciudades más de la Unión Americana, en donde no solo son jóvenes, como en un principio ocurrió en Nueva York, sino que ahora este movimiento se ha fortalecido con la incorporación de los sindicatos a esa acción, sin pretender cambiar su forma y naturaleza. 

      Los primeros contingentes laborales fueron los del transporte, cuyo apoyo se logro en asamblea: “”por eso venimos aquí, para expresar la solidaridad.……Wall Street, los bancos y las empresas que provocaron este desastre no comparten el sacrificio; son los trabajadores los que deben sacrificarse mientras los ricos se salen con la suya”” manifestó el líder, 

      La incorporación del Sindicato Nacional de los trabajadores siderúrgicos fue decisiva en este giro del movimiento. Se trata del sindicato que dio importantísima lucha en los años 50  en defensa de la contratación colectiva frente a una de las más violentas  agresiones del gobierno contra la legislación laboral. 3 días después se sumaron los sindicatos de telefonistas, enfermeras, tiendas departamentales, sector público, de servicios, profesores e investigadores de Nueva York, que es lo que ha motivado al pueblo en general a sumarse a estas protestas contra el modelo capitalista, que por lo que se observa en el mundo, poco a poco se acerca a su fin. 

      Así, el movimiento social iniciado en Nueva York por unos cuantos para ocupar el 17 de septiembre el pequeño parque Zuccotti, a unos metros de Wall Street, es a estas fechas un gran ejército social que se esta multiplicando día a día por todo el territorio norteamericano, exigiendo la caída del actual modelo económico capitalista, bajo un lema que se esta coreando en calles, avenidas, parques y plazas públicas: Políticas públicas que atiendan a las mayorías y fin de los privilegios a banqueros, empresarios e industriales multimillonarios y a los privilegios de la casta de los políticos. 

     “”Yes We Can””, aquella consigna que hizo popular el actual presidente de los Estados Unidos Barack Obama cuando era precandidato del partido demócrata y ya como candidato del mismo a la presidencia de aquel país, es el grito de guerra de “”los indignados de los Estados Unidos””, para mostrarle al mundo “”que  si se puede cambiar”” al modelo económico oprobioso que lástima y lacera al hombre, al ser humano, en sus legítimas aspiraciones por vivir con dignidad y con sueños. 

      Porque se da el caso para millones y millones de personas en el mundo que con el capitalismo, ya ni soñar se puede, porque a muy temprana edad la realidad envuelve la conciencia del hombre y de la mujer que comprenden que vinieron al mundo solo para trabajar jornadas extenuantes, sin aspirar el y su familia a una vida donde tenga resuelto sus problemas más elementales como la salud, la educación, la vivienda, la recreación, la cultura y una vejez sin sobresaltos. 

      Si, claro: Yes We Can. Y más temprano que tarde en México y en todo el mundo se podrá.