Desde chicos venimos escuchando en nuestros hogares que la luz es más cara aquí que en Costa Rica, Argentina o Chile; que en México pagamos los consumidores gasolinas más caras que en Venezuela, a pesar de toda la mala propaganda que políticos de derecha y las grandes televisoras le echan a su gobierno; que los mexicanos pagamos el doble por el uso de teléfonos fijos y celulares que en Canada, Estados Unidos e infinidad de países europeos, y que lo mismo sucede con el Internet, con la televisión restringida o de paga y, el argumento que hemos escuchado de tres décadas para acá es que todo esto nos sucede por tener monopolios que, al no tener competencia, cobran lo que quieren, no diciendo los que acusan tal verdad que ellos son los que velan por el bienestar del pueblo y se han cruzado de brazos frente a todos estos abusos.

Bajo ese concepto, la iniciativa privada doméstica logró que Carlos Salinas de Gortari privatizara la industria telefónica que era propiedad del Estado Mexicano y le dejaba poco más de dos mil millones de dólares anuales de ganancia; y bajo ese mismo argumento exigieron, aunado a los grandes trusts petroleros >como si ellos no fueran monopolios mundiales<, que se privatizara la industria petrolera que ha sostenido la economía nacional por décadas, añadiéndole que los resultados se iban a ver reflejados en los bajos costos que los compatriotas íbamos a pagar por el teléfono, así como una mejora de la calidad, evitando que nuestras conversaciones se grabaran inclusive.

En el diario de los debates de la LV Legislatura Federal se encuentran estas afirmaciones vertidas por legisladores del Partido Revolucionario Institucional y del Partido (de) Acción Nacional para justificar la venta de TELMEX, por lo que a 20 años de distancia les preguntamos ¿Ya no se graban conversaciones y se aprovechan para pasarlas en los noticiarios de radio y televisión? ¿El servicio que brinda la compañía privada de Carlos Slim ha mejorado? ¿Es de mejor calidad? Y la pregunta reina: ¿Pagamos un servicio telefónico más barato que en otras partes del mundo?

Y como si fueran los debates de 1991 a 1994, en los que participé como diputado federal del Partido Popular Socialista, ví, la tarde del pasado viernes, su noche, y la mañana del sábado a través del Canal del Congreso a los senadores del PRI, todos los verdes del Verde, la inmensa mayoría del PAN y varios del PRD (los afines a los chuchos), subir a la tribuna a manejar los mismos argumentos y vendernos los mismos conceptos: precios caros de los servicios telefónicos fijos y móviles, mala calidad de ellos, abusos del monopolio TELMEX-TELCEL que, ahora si se van acabar con la nueva ley federal de telecomunicaciones que permitirá la competencia y abaratará los costos de esos servicios.

Era la misma película solo que ahora en HD, con actores y argumentos más pobres que los de antaño. Imagínese que ahora los monopolios se van a combatir con monopolios, solo que a estos monopolios, la nueva ley federal de telecomunicaciones no les va a generar, en la práctica, competencia alguna.

¿Cómo lograría el gobierno que los bancos que operan en territorio nacional bajen los altísimos, pero altísimos costos que cobran por sus servicios a los consumidores? ¿Acaso no hay ya competencia entre todos esos bancos dado que unos son estadounidenses, otros españoles, otros alemanes? ¿Ha mejorado inclusive la calidad que ofertan esos bancos? ¿Ha frenado la competencia los abusos que cometen? ¿Por qué en Estados Unidos son 50% más baratos todos esos servicios siendo que sus sistema bancario opera igual, igualito que en México?

Es cuestión del gobierno, así de simple. En México llevamos toda la etapa postrevolucionaria en manos de caudillos, primeros militares y luego políticos-civiles, que se han arrodillado ante el poder económico. Primero los financian en sus aspiraciones y luego se convierten en sus fieles servidores.

¿Por qué en esta Ley Federal de Telecomunicaciones se le reservan a TELEVISA cotos de poder, con tan solo una palabra que cambia todo?

Esa es la litis dirían los abogados, porque en efecto, todos los legisladores priístas, la telebancada del verde, de aquellos amarillos que con calor se ponen rojos y la mayoría panista, defendieron >sin honor parlamentario<, con aplastante mayoría mecánica y sin discusión en los artículos reservados porque les echaron la aplanadora, la palabra SECTOR en lugar de la de SERVICIOS.

No es lo mismo decir "se prohíben los agentes preponderantes (monopolios), en el SECTOR de las telecomunicaciones", que darle la categoría de SERVICIOS al sector de las telecomunicaciones.

En el primer concepto, el SECTOR TELECOMUNICACIONES engloba al Internet, a la telefonía fija y móvil, a la radio, a la televisión, a los sistemas de televisión por cable y los que llegan vía satélite. No permitir PREPONDERANCIA en este sector significa que Carlos Slim podría entrar a competir con televisión abierta y restringida, y Emilio Azcarraga junto con su socio Ricardo Salinas Pliego podrían entrar a competir a la telefonía fija y móvil (que ya lo hace sin estar aun la ley en vigencia). ¿Por qué? Porque se sumarían todos los servicios que integran y componen el sector.

En cambio, al ser por SERVICIOS las empresas Televisa-televisión azteca podría expandirse aún más en telefonía fija, en celular, en Internet (banda ancha), en el sistema de televisión de paga y vía satélite porque a través de empresas subsidiarias disminuiría el monopolio que tiene en esos rubros.

Al final se salieron con la suya y don Emilio, que le apostó todas las canicas a la postulación y triunfo de Peña Nieto y a su embajadora Angélica Rivera, ésta podrá decirle al magnate de la radio y la televisión en México ¡Misión Cumplida!

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@HELÍHERRERA