CUESTA DE ENERO
  Contrario a las estadísticas mostradas por la economía de los Estados Unidos, en donde el desempleo ha disminuido y el gasto de los consumidores aumentado, en México, pese al optimismo del gobierno federal, la realidad no es otra que la disminución del bienestar social de millones de compatriotas, por efectos del alza de artículos de primera necesidad, así como de los combustibles.
09/01/2011 16:24:25 - Xalapa, Ver. / Helí Herrera Hernández


      En efecto, la semana que recién terminó, el Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos Ben Bernanke mostró, en una conferencia frente a especialistas económicos del mundo como han bajado las solicitudes de seguro por desempleo, como una clara señal de un repunte de la recuperación económica.



      Las decenas de miles de personas estadounidenses que han dejado de cobrar el seguro de desempleo porque han encontrado ya un trabajo, en consecuencia, han hecho que crezca el consumo interno y con ello, han fincado las bases para impulsar un circulo virtuoso en la economía norteamericana, que va ganando velocidad, sino la deseado por el gobierno de Barak Obama, si lo suficiente como para afirmar que han salido de la recesión y están en franca recuperación.



      Estas variables económicas han logrado, en contraste, que los precios de las mercancías estén bajando, y que el consumo haya crecido un 9.4% en comparación a diciembre del 2009, contrario a lo que ocurre en México, donde cada día disminuye más, debido al alza que han registrado en los últimos meses artículos de primera necesidad como la Leche, la tortilla, el azúcar, el frijol, la carne, así como el gas, la electricidad y la gasolina.



      Tan solo en diciembre, México registro una inflación de 0.50% más que lo esperado por el mercado, debido, principalmente al alza de los productos antes mencionados. Con este dato, la segunda economía latinoamericana cerro el año pasado con una inflación anual del 4.40% por encima de la meta del Banco de México, que era del 3 por ciento.



      La inflación subyacente –considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque elimina  algunos productos de alta volatilidad- fue del 0.47% en diciembre, frente a un 0.25% de noviembre, según un reporte del Banco central de México.



      Si estos reportes, de suyo lamentables por los efectos que genera en la sociedad, son ya alarmantes porque bajan los niveles de bienestar social, habrá que prepararse para lo peor, dado que este sábado don Felipe Calderón ordeno el alza mensual al precio de las gasolinas, el diesel y el gas, que impactarán desgraciadamente en el consumo de los mexicanos, que seguirán observando como escapan de su mesa alimentos, simple y sencillamente porque todo se transporta por vehículos automotores.



      Si a eso usted le suma el aumento a los salarios mínimos acordado por las mismas autoridades federales de 4.1%, que aparte de ya se pulverizo por los índices inflacionarios reportados por el Banco de México, en términos macroeconómicos afirmamos que tal aumento promueve desempleo, porque entre más >>crezca<< el salario, más aumenta el gasto por empleado para las empresas y éstas menos personas contratan.



      Por ello vengo afirmando desde hace tiempo en estos artículos, que las políticas económicas de los gobiernos neoliberales están equivocadas y son caldo de cultivo para que los millones de desempleados, si bien nos va, se ubiquen en el sector informal de la economía, pero otros, en un porcentaje que cada mes crece, se vayan a engrosar las filas del narcotráfico, con todos los efectos que hoy somos testigos todos los días.



      ¿Qué acaso todo esto es tan difícil de comprender por los inteligentes miembros del gobierno federal, hayan sido del PRI o los que están del PAN?



      Yo creo que no, desde luego. El problema de todos estos políticos es que, cuando son candidatos, hacen compromisos fuertes con los dueños del capital doméstico y extranjero, y se comprometen a ser fieles alfiles de sus intereses ya como autoridades, cosa que han venido cumpliendo a cabalidad y dócilmente por lo menos en los últimos 30 años.



      Hoy somos testigos como los candidatos como tales asumen una serie de compromisos públicos con la sociedad, pero ya como gobernantes hacen todo lo contrario a lo prometido, y cuyas decisiones vienen a lesionar al grueso de la población, mientras benefician a un privilegiado y minúsculo grupo de mexicanos y extranjeros que expolian y esclavizan a nuestros compatriotas, con el apoyo de los que se suponen deberían evitarlo.



      ¡Que caro les sale a los mexicanos comprometer su voto en las campañas políticas por unas cuantas migajas que les regalan, comprometiendo su futuro y el de sus hijos irracionalmente!









                                          Por Helí  Herrera Hernández



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