Contrastando con la enorme pobreza que viven más de 70 millones de mexicanos, la iglesia católica mexicana acaba de iniciar la construcción de la primera etapa de PLAZA MARIANA, con una inversión inicial de 500 millones de pesos, donados íntegramente por el hombre más rico del mundo, nuestro compatriota Carlos Slim.
Se trata del proyecto arquitectónico de 29 mil 500 metros cuadrados que pretende ofrecer la mejor recepción a los casi 20 millones de visitantes nacionales y extranjeros que al año acuden al recinto de la virgen de Guadalupe, convirtiéndose así en el templo de evangelización más grande de America latina.
El plan incluye cuatro edificios en los que se ofrecerán productos religiosos, entre 80 mil y 120 mil criptas –que según informes de los constructores costarán arriba de cien mil pesos cada una-, paquetes funerarios, estacionamientos, el museo religioso de las Américas y una clínica para atender a niños y adultos mayores.
Además comprende la edificación de un mercado público de dos niveles, donde serán ubicados los comerciantes que años atrás fueron desalojados de ese mismo predio, desde luego, vendiéndoles su derecho de piso.
De acuerdo con el plan, se pretende concluir a finales de este año para que se integre al proyecto general de rehabilitación del centro histórico norte la villa, para ello, este lunes 17 de enero la delegación Gustavo A Madero comenzará un programa de rescate de espacios que rodean la plaza, así como de reordenamiento de comerciantes y del transporte público, con 75 millones de pesos de inversión.
Acucioso como soy, al enterarme del proyecto de Plaza Mariana, me di a la tarea de investigar, dentro de la información publica que existe, las ganancias que la iglesia católica tendrá a partir de su inauguración, y más cuando ésta no invertirá un solo peso, dado que la misma la construirá en su totalidad don Carlos Slim, y como si eso fuera poco, el gobierno del distrito federal de Marcelo Ebrard.
El negocio es redondo por donde lo quiera ver. En primer lugar por el lado de las criptas que venderán a las familias que consideran ya, desde este momento, ir a sepultar las cenizas de sus deudos a ese lugar, dado que piensan que estarán más cerca de dios. Si son 120 mil criptas y cada una de ellas tiene un valor de cien mil pesos, la cantidad que recibirán los representantes de la iglesia católica en México será de alrededor de 12 mil millones de pesos.
Si a esa cantidad, de suya insultante para una sociedad mayoritariamente miserable y empobrecida, le suma también los espacios que venderán en los dos niveles del mercado que tendrá plaza mariana, más los dineros diarios que recibirán por el gigantesco estacionamiento, las ganancias será multimillonarias.
¿Dónde queda pues aquella enseñanza de su jefe espiritual Jesús de Nazaret, cuando llego a correr a los vendedores-mercaderes de la iglesia, cuando iban allí hacer todo tipo de vendimia para sacar dinero?
Estos representantes de dios en el mundo y en México se han olvidado no solo de esas enseñanzas, sino de predicar como lo hizo su guía y como lo dejo estipulado en las sagradas escrituras, quien sin recursos económicos camino enseñando la palabra de dios, y no como nuestros obispos modernos y su jefe el papa, que viven en la opulencia.
Así lo confirman fuentes de la Conferencia del Episcopado Mexicano que manifestaron a la Organización Editorial Mexicana, que ellos no están obligados a vivir en la pobreza, y que, en consecuencia, los 84 obispos que la iglesia católica tiene en el país, ganan un promedio de 300 mil pesos o más, mensualmente, con lo que rebasan los salarios que perciben los ministros de la suprema corte de justicia, los gobernadores, los senadores o diputados, y el propio Presidente de la República.
Estos señores que predican en el pulpito discursos cargados de humildad, en la vida real nada de ello tienen, porque se han vuelto ostentosos. No les da pena andar en carros lujosos, de cientos de miles de pesos, a los cuales, los gobiernos hipócritas les condonan las tenencias. No les remuerde la conciencia estar comiendo en restaurantes carísimos, donde degustan vinos de varios miles de pesos, mientras en el sermón dicen estar del lado de los necesitados y desvalidos.
No presentan ningún rubor para pasar la charola en cada misa que ofician, mientras siguen cobrando el bautizo, la confirmación, el casamiento, los quince años, la misa del difunto, la bendición del carro, del negocio o de la casa, y así tener suficiente dinero para mantener sus casas grandes, pero también sus casas chicas.
Y claro, con tanto dinero en su bolsillo, se han vuelto majaderos, imprudentes, irrespetuosos de la ley y de las autoridades, y desde luego, intocables frente a cualquier delito que cometen, como esos de abusar de menores de edad.
Mientras los hombres y mujeres pudientes de México les siguen dando dinero a estos falsos representantes de Jesús en la tierra, por otro lado les siguen negando aumentos salariales a sus trabajadores, o el seguro social, o de plano los corren, al fin que al cabo los hombres de sotana y cuello clerical los absuelven de todos sus pecados.
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